Una buena alimentación está estrechamente relacionada con la calidad de vida de las personas y a prevenir enfermedades. Es la fuente de nuestra salud, permite el crecimiento y desarrollo de nuestro cuerpo y además influirá en forma directa en cómo envejecerá nuestro organismo. Son tres los aspectos de los cuales debemos poner atención para no tener problemas de salud: descansar bien, alimentarnos correctamente y ejercitarnos con cierta frecuencia.
Es importante lograr un equilibrio en estos tres aspectos. Una buena alimentación se entiende por consumir distintos grupos de alimentos en cada comida, de esta forma consumimos nutrientes y proteínas de una forma equilibrada. Se relaciona la falta de alimentación saludable con la aparición de enfermedades crónicas.
Consejos para una buena Alimentación
Es recomendable acostumbrarse a tener siempre en el día las cuatro comidas: desayuno, almuerzo, once y cena.
El desayuno es bastante más importante de lo que muchas personas creen. Este, deberá ser muy nutritivo, rico en fibras naturales y proteínas. Para la hora de almuerzo, recomendamos alimentos que contengan omega 3 y bajos en grasas saturadas. Es necesario evitar las galletas y papas fritas por fruta y comida saludable.
Es de suma importancia consumir fibras. Su consumo frecuente ayuda a regular el tránsito intestinal además de producir “la sensación de estar satisfecho” , de esta forma no tendremos deseos de seguir consumiendo calorías.
Otro aspecto a tener en cuenta es considerar el agua como el líquido principal en nuestros hábitos, se recomiendan 2 litros de agua diarios. Debemos abandonar el consumo de bebidas dietéticas, aguas con gas y saborizantes químicos y por supuesto el exceso de alcohol.
Intentemos restringir cuanto podamos el consumo de azúcar y sal. Su uso frecuente como parte de nuestra dieta diaria contribuyen a la hipertensión y la obesidad.
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir entre 20 y 35% de grasas totales al día.
Con respecto a las calorías, el consumo recomendado para mujeres es entre 1.800 y 2.000 calorías mientras que para hombres aumenta a un rango entre 2.000 y 2.200. Estas cifras pueden variar de acuerdo a la estatura y peso corporal de cada persona.
Una alimentación sana, ayuda a que nuestro organismo ejecute todas sus funciones en forma normal cubriendo necesidades fisiológicas básicas y reduciendo el riesgo de contraer enfermedades a mediano o largo plazo.